Albert Bourla, el consejero delegado de Pfizer, ha dejado entrever la necesidad de una tercera dosis contra el coronavirus para las personas vacunadas.
“Probablemente sea necesaria en algún punto entre los seis y los 12 meses [después de la segunda]. Y, a partir de ahí, habrá una vacunación anual, pero todo esto tendrá que confirmarse”, afirmó el directivo de la farmacéutica en una charla para la cadena de farmacias CVS grabada a inicios de abril, pero emitida este jueves.
Bourla dijo que el escenario puede cambiar dependiendo de la capacidad de los medicamentos para resistir a las nuevas variantes. Los científicos temen que las nuevas mutaciones del coronavirus sean resistentes a las inmunizaciones.
La vacuna de Pfizer tiene una eficacia del 92% para prevenir los casos más graves de contagio por coronavirus, según uno de los mayores estudios realizados hasta la fecha: el del instituto de investigación de la mutua sanitaria Clalit, la mayor del sistema de salud israelí.
La compañía vacunó a la mitad de sus 1,2 millones de afiliados y constató la eficacia de la protección entre los 600.000 inmunizados en comparación con la otra mitad no vacunada del grupo de control.
Pfizer había anunciado que la inmunidad tenía una ventana de seis meses tras la inyección de la segunda dosis. El tercer pinchazo debería llegar después de ese semestre. Moderna, que utiliza una tecnología similar a la de la vacuna de Pfizer-BioNTech, también tiene una alta eficacia durante el mismo periodo, según publicó The New England Journal of Medicine.
David Kessler, el encargado de la gestión de la pandemia para el Gobierno de Joe Biden, también advirtió el jueves de que los estadounidenses deben prepararse para la posibilidad de la tercera dosis.
“En este momento no lo sabemos todo (…). Estamos estudiando la duración de la respuesta de los anticuerpos”, dijo el médico pediatra durante una reunión con legisladores.
En el encuentro, el funcionario hizo un llamamiento a todos los estadounidenses para que se sigan vacunando. “Nada debe distraerlos del hecho de que necesitan ser vacunados y de que tenemos las dosis suficientes”, afirmó Kessler, en referencia a la suspensión de las inyecciones del medicamento de Janssen por sus posibles vínculos con casos de trombos.
Estados Unidos también está haciendo un seguimiento de las infecciones en personas que han completado las dos dosis de la vacuna, según Rochelle Walensky, directora del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
De los 77 millones de personas inmunizadas en Estados Unidos, se han infectado 5.800, de las que 396 tuvieron que ser ingresadas en un hospital y 74 murieron, informó Walensky en una comparecencia ante un subcomité de la Cámara de Representantes.
El consejero delegado de Pfizer ha dicho que la vacunación es una herramienta importante para luchar contra las variantes de la covid que han demostrado ser más contagiosas. La farmacéutica ha divulgado en uno de sus estudios que su fármaco es menos potente contra la mutación del virus originada en Sudáfrica, que ya suma más de 300 casos en 25 Estados de Estados Unidos.
La farmacéutica anunció el 26 de febrero que estudiaría la posibilidad de inyectar una tercera dosis a las personas vacunadas para intentar reforzar la protección ante estas variantes. Bourla dijo entonces que con esta dosis se podría reforzar la respuesta de los anticuerpos entre 10 y 20 veces, y subrayó que podría llegar a ser tan común como la inmunización anual contra la gripe.
Fuente: El País
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