Tras las Huellas de un Crimen: Explorando las Teorías sobre la Muerte de Colosio

El 23 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue asesinado en Tijuana. Mario Aburto Martínez, detenido en el lugar, confesó el crimen y fue condenado a más de 40 años de prisión. Este magnicidio sacudió a México y al mundo. Ahora, con la sentencia de Aburto Martínez acercándose a su fin, gracias a un amparo que redujo su condena, el caso ha tomado un giro dramático.

Recientemente, la Fiscalía General de la República (FGR) reveló que un segundo tirador, Jorge Antonio “S”, un agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) y cercano a Genaro García Luna, pudo estar involucrado en el crimen. Esta nueva información añade otra capa de complejidad al caso.

Además, Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del candidato y actual alcalde de Monterrey, ha solicitado al presidente Andrés Manuel López Obrador el indulto para Aburto Martínez. Sin embargo, López Obrador ha rechazado la petición, afirmando que el caso aún requiere investigación para evitar impunidad.

La investigación del asesinato de Colosio ha pasado por varias etapas y líneas de investigación. La versión oficial hasta ahora había sido la del asesino solitario: Mario Aburto atacando a Colosio en medio de una multitud. Sin embargo, esta no ha sido la única hipótesis. La Procuraduría General de la República (PGR) ha explorado más de veinte posibles motivos, incluyendo el complot político, la ruptura con el PRI, e incluso la participación del crimen organizado.

Una teoría sugiere que el discurso de Colosio en el Monumento a la Revolución, donde criticó a los gobiernos del PRI, pudo haber causado su asesinato. Se especula que Carlos Salinas de Gortari o Manuel Camacho Solís pudieron estar detrás del crimen, temiendo que Colosio no siguiera su agenda política.

Otra línea de investigación apuntaba al crimen organizado, especialmente tras las declaraciones de Colosio contra la corrupción y el influyentismo, lo que habría amenazado a los cárteles de la droga.

En total, se han considerado 24 líneas de investigación. La historia oficial del asesino solitario sigue generando dudas, y aunque el caso se cerró en el año 2000, la FGR lo reabrió en 2022 para investigar posibles violaciones a los derechos humanos de Mario Aburto durante el proceso penal.

Este caso sigue siendo un punto de interés y debate en México, reflejando las complejidades y desafíos de la justicia en el país.