Entre Espinas y Leones

Lecciones del 6 de junio

Por Francisco Espinosa León

El pasado 6 de junio dejó varias lecciones que deben ser tomadas como aprendizaje por parte de todos los actores políticos. Una vez que se entregaron las constancias de mayoría a los ganadores en los 11 municipios es tiempo de cerrar la página, darle la vuelta y ver hacia lo que viene, haciendo a un lado las diferencias de partidos y borrando el término de ganadores y vencidos.

Claro, que de los 11 municipios hay uno en especial donde quien perdió la elección considera hubo irregularidades y en su derecho asistirá a los Tribunales Electorales para buscar revertir un resultado que no le fue favorable.

Hasta ahí todo está bien, sin embargo, lo que no está bien por parte de Laura Beristain Navarrete y su equipo, en este caso, es utilizar el término “elección de Estado”.

De entrada, el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, fue absolutamente respetuoso del proceso electoral, desde el punto de no poner candidatos en ningún municipio.

Si no me cree vea el caso de Carlos Orvañanos Rea, el ex vocero de Comunicación Social que a título personal se promocionaba y hacía uso de espacios oficiales para mover su imagen en busca de ser el abanderado de Acción Nacional por la presidencia municipal de Benito Juárez.

Orvañanos jamás fue el candidato del gobernador a como no lo fue Jesús Pool ni Atenea Gómez, Lilí Campos o algún otro nombre ligado con el PAN.

El problema con Orvañanos es que hubo quienes le creyeron y hoy pagan las consecuencias, pero esa es otra historia diría la viejita de los comerciales del Gobierno Federal hace ya algunos años.

Volviendo con el pasado 6 de junio, de las seis autoridades municipales que buscaron la reelección sólo Mara Lezama la consiguió y de manera clara y contundente en Benito Juárez.

El efecto Morena-Mara para el 2022 puede ser una fórmula avasalladora para la 4t en todo Quintana Roo.

En la zona sur del estado, donde se pensaba que el apellido Villanueva por si sólo haría ganar la diputación federal a Carlos Mario Villanueva Tenorio por Fuerza por México, fue todo un fiasco. La enseñanza es que los apellidos no garantizan ganar en ningún lado y el ex diputado local se la pasó en su hamaca dando por entendido que por ser el hijo del ex gobernador Mario Villanueva Madrid la gente iba a salir de forma desbocada a votar por él y ya vio que no fue así.

Un caso parecido fue el de Pedro Joaquín Delbouis en Cozumel, quien la gente no lo respaldó para buscar la continuidad en el cargo porque consideran hubo algunos desaciertos en su administración o bien, las cosas no salieron como se esperaba.

Volviendo con el Distrito 2, el ex secretario de Educación con Roberto Borge, José Alonso Ovando, pensó que con el apoyo de una ex diputada federal del PRI y hoy empresaria de radio, además de columnistas de grupos de WhatsApp, haciendo guerra sucia a la candidata de Morena, Anahí González Hernández, por el tema de haber nacido en Cancún, con eso iba a ser suficiente para ganar por amplio margen. En lo de la ventaja amplia no se equivocó sólo que esta fue para la joven Anahí.

Otra lección clave fue para Paoly Perera del PRI en Felipe Carrillo Puerto, que también era muy mencionada en grupos de WhatsApp que prácticamente ignoraban a Mary Hernández, que al final logró una amplia votación para la ganar la presidencia municipal. Las elecciones no se ganan sólo con menciones en redes sociales, hay que caminar, reunirse con grupos y proponer, que fue lo que hizo precisamente Mary, a quien felicitamos por cierto por su reciente cumpleaños número 28.

En Tulum, Víctor Mas demasiado tarde para él aprendió que no basta con ser una buena persona, sino que hay que actuar y no permanecer inerte ante la organización de fiestas Covid-19 y festivales de música electrónica que, en estos momentos, por el Covid-19, no son propicios para llevarse a cabo.

Y, por último, Isaac Jánix y Luis Gamero deben aprender que no hay nada que justifique denostar e insultar a una mujer.

Nos leemos en la próxima.